Casualmente los dos teníamos un chicle en la boca, cuyo sabor había desaparecido notablemente, era inútil seguir masticando una cosa sin sabor, y él se levantó a tirar su chicle. Yo también quería tirar mi chicle, pero mi gran vagueza no me permitía levantarme de ese sofá. Entonces, las siguientes palabras fueron significativas. Recuerdo que mientras ponía mi chicle entre mis dientes dije '¿Me tiras el chicle?', y él me miró de una manera extraña, entonces continué hablando 'Pero, cógelo con la boca'. Acto seguido le tenía cerca, más cerca de lo que le había tenido nunca. Noté como sus dientes cogían mi chicle, y como sus labios rozaban los míos, con unos movimientos lentos y precisos.
Desde ese momento tengo una sonrisa que muy pocas personas consiguen sacar de mí. Porque él, es mi vida.
:O Pasada, pasada!
Qué bonito;D